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" Si tienes diversos impagos y no les puedes hacer frente, debes saber que puedes declararte insolvente. ¿Cumples los requisitos? ¡Descúbrelo aquí! "

A lo largo de nuestra vida adulta pedimos préstamos, adquirimos tarjetas de crédito, solicitamos una hipoteca. La idea con estos movimientos y decisiones es obtener algo que en el momento no tenemos la capacidad de pagar de inmediato, pero nos comprometemos a responder por ello.

Sin embargo, más adelante podemos vernos envueltos en dificultades económicas que no nos dejan cumplir con nuestras promesas de pago. Si estás en esa situación sigue leyendo, pues te contaremos cuáles son los requisitos para declararse insolvente en España.

¿Qué significa ser insolvente?

Si no tienes la capacidad económica para responder por tus deudas con uno o varios acreedores porque no tienes liquidez y tus pasivos son mayores a tus activos, significa que eres insolvente.

Requisitos para declararse insolvente?

Para declararse insolvente no hay una serie de requisitos específicos más allá de aportar la documentación necesaria sobre tus deudas, obligaciones, gastos, ingresos y patrimonio.

El objetivo es comprobar que tus activos no son mayores a tus pasivos, lo que te imposibilita pagar tus deudas.

¿Quién puede declararse insolvente?

En España, es posible que las personas, tanto jurídicas como físicas, se declaren insolventes. Es decir, si eres particular, autónomo, empresario o tienes una empresa, puedes recurrir a este recurso.

Cabe hacer la distinción que con la declaración de insolvencia los particulares y autónomos o empresarios podrán acogerse a la Ley de Segunda Oportunidad para negociar un plan de pagos o cancelar deudas. Mientras las empresas tendrán la posibilidad de recurrir al concurso de acreedores para conseguir el mismo objetivo.

Es importante mencionar que el mismo deudor puede buscar la declaración de insolvencia, así como los acreedores a través de procedimientos como el juicio monitorio.

¿Quién hace frente de los pagos cuando una persona es declarada insolvente?

Con la declaración de insolvencia al deudor se le permite renegociar sus deudas o liquidar parte de ellas. Es decir, se evalúa tu situación económica para determinar qué plan de pagos aplicar para que le respondas por tus obligaciones a los acreedores o se toma tu patrimonio para cancelarlas.

En el caso de que tus bienes no sean suficientes para saldar todas tus deudas, podrías obtener el Beneficio de Exoneración del Pasivo Insatisfecho con el que el porcentaje que no puedes cubrir mediante tus activos, es perdonado.

Consecuencias de la insolvencia

Consecuencias de la insolvencia

A pesar de que la declaración de insolvencia suena como la opción perfecta para quienes tienen deudas impagables —porque se congelan los embargos, se detiene el acoso telefónico para reclamarte lo que debes y tienes más posibilidad de recuperar tu liquidez—, también hay consecuencias negativas.

Por ejemplo, al ser insolvente pierdes la facultad de manejar tus bienes y patrimonio como te plazca, ya que en este proceso esa decisión comienza a recaer en un administrador concursal que los gestiona para cubrir tus deudas con tus acreedores.

O sea que, incluso bienes a los que les tengas especial aprecio o cuenten con cierto valor más allá del económico, están sujetos a las decisiones del administrador. Además, es posible que pierdas el control sobre tus cuentas bancarias, debido a que estas pueden ser embargadas para saldar tus deudas. Sin mencionar, además, que estos procesos pueden llegar a ser largos y desgastantes.

La insolvencia y la Ley de la Segunda Oportunidad

La Ley de Segunda Oportunidad (LSO) está diseñada para ayudar a los deudores a responder o saldar sus deudas en caso de que no cuenten con los activos para hacerlo. Por ello uno de sus principales requisitos es que seas declarado insolvente.

Asimismo, para acogerte a la LSO es necesario que seas deudor de buena fe, que hayas cancelado dos o más obligaciones con dos o más acreedores en un plazo de 90 días, esperando que su monto sea la mitad de lo adeudado en total (que no puede ser superior a los 5 millones de euros).

En el mismo sentido, debes tener una o más demandas de ejecución o cobro judicial en tu contra y no haber sido condenado en sentencia firme por algún delito en contra del patrimonio, Hacienda, Seguridad Social y los trabajadores, o de falsedad documental.

A modo de resumen, recuerda que si tienes una o más deudas impagables con uno o varios acreedores porque tus pasivos son mayores que tus activos y no cuentas con liquidez, puedes ser declarado insolvente.

En España tanto las personas físicas como jurídicas pueden declararse insolventes, siempre y cuando aporten la documentación necesaria que compruebe que con su situación actual se les hace imposible cubrir todas sus deudas.

No obstante, esta declaración también tiene consecuencias negativas, porque pierdes la posibilidad de manejar tus bienes y tu patrimonio como deseas, y un administrador concursal pasa a decidir sobre ellos para saldar las deudas.

Si luego de leer esta información consideras que podrías ser insolvente y quieres cancelar tus deudas a través de la LSO, ¡contáctanos! Los abogados especialistas de Distrito Legal tienen la capacidad de conseguirte la mejor renegociación con los acreedores porque son expertos en esta ley.

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