En la actualidad, hay cuatro tipos de incapacidades: la incapacidad permanente total, la incapacidad permanente parcial, la incapacidad permanente absoluta y la gran invalidez.
En este sentido, la incapacidad permanente parcial es un tipo de imposibilidad para llevar a cabo un trabajo determinado, pero es el grado de incapacidad menor.
Consiste en la reducción de la eficiencia del trabajador en al menos un 33%, lo que implica que la persona deba esforzarse y que tenga más limitaciones para llevar a cabo su profesión.
No obstante, existe la posibilidad de que aún se puedan llevar a cabo las tareas principales que requiere un puesto de trabajo, pero en algunos casos puede ser necesario realizar adaptaciones para facilitar el desempeño.
Entre las causas que existen para dicha incapacidad se incluyen: los accidentes laborales, donde se abarcan las lesiones que se presentan en entornos laborales como caídas, cortes, accidentes con máquinas, entre otros.
Las enfermedades comunes como los padecimientos cardiovasculares; los accidentes que no son laborales, que se dan por fuera del trabajo, por ejemplo, los accidentes de tráfico o los accidentes en el hogar, que suponen una disminución de la capacidad laboral.
Y, finalmente, se encuentran también las condiciones crónicas o degenerativas y las secuelas de cirugías o intervenciones médicas, que deben ser diagnosticadas.
En lo que resta, te contamos más sobre las enfermedades que pueden causar la incapacidad permanente parcial, te respondemos si una persona con este grado de incapacidad puede trabajar y te hablamos sobre los derechos que se tienen con esta incapacidad.
¿Qué derechos tiene una persona con incapacidad permanente parcial?
Las personas que tienen incapacidad permanente parcial, al tener este grado de incapacidad, también tienen acceso a varios derechos, entre los cuales se encuentra el recibir una asistencia económica.
El pago de la prestación económica se hará en una sola ocasión, y el valor equivale a 24 mensualidades de la base reguladora; el pago tiene como objetivo compensar las limitaciones de trabajo que se tengan.
El segundo derecho es la posibilidad de seguir desempeñándose en el trabajo que se estaba realizando al momento de tener la incapacidad permanente. Esta es una de las grandes diferencias que existen entre la incapacidad permanente parcial, la total y la absoluta.
En este sentido, el trabajador tiene la garantía de no verse obligado a dejar de lado su profesión, sin importar la reducción que percibe al tener esta incapacidad.
En algunas ocasiones, puede suceder que se condicione el lugar de trabajo con las herramientas necesarias para que la persona pueda continuar desempeñando su trabajo.
Si la incapacidad permanente parcial, en lugar de mejorar, sufre agravamiento que interfiere aún más en el desempeño laboral, la persona tiene derecho a solicitar un cambio del grado de incapacidad, lo que le generaría un mayor pago.

¿Qué enfermedades pueden causar una incapacidad permanente parcial?
Al inicio, te contamos en términos generales sobre algunas de las enfermedades que pueden generar este tipo de incapacidad, pero de forma más detallada, dentro de las causas más comunes se incluyen lesiones musculares, como esguinces; enfermedades en las articulaciones, como la artrosis.
Además, se abarcan fracturas en las extremidades o las partes del cuerpo más usadas para desempeñar ciertos trabajos. También están las afectaciones que generan dolor crónico, limitaciones en el movimiento o una reducción de la fuerza en determinadas partes del cuerpo.
Así mismo se incluyen enfermedades respiratorias crónicas, como el asma, la fibrosis pulmonar y las enfermedades cardiovasculares que causan una reducción en la capacidad del corazón.
¿Se puede trabajar con una incapacidad permanente parcial?
Uno de los principales beneficios que tiene este tipo de incapacidad es que, al ser la que tiene el menor grado de gravedad, facilita que la persona pueda continuar con su actividad laboral, pese a tener ciertas limitaciones.
Tal y como se dijo al inicio, tener este grado de incapacidad solo disminuye en un 33% la capacidad laboral del individuo, pero lo que sí puede pasar es que, a veces, se deban cambiar o modificar las condiciones en las que la persona llevaba a cabo su trabajo.
Esto se debe a que este tipo de incapacidad es más flexible que otros tipos de incapacidades como la total o absoluta, en las que si se hace necesario que el trabajador deje su profesión habitual por completo.
En resumen, la incapacidad permanente parcial es la disminución que el trabajador experimenta en su capacidad laboral con un límite máximo de 33%, es el menor grado de incapacidad y, por lo tanto, la persona puede seguir desempeñando su trabajo.
El pago que se hace de esta incapacidad se realiza en una sola ocasión, y entre los beneficios se encuentra que se pueden preservar los derechos laborales.
Si tienes dudas sobre el proceso o necesitas asesoría legal en casos de incapacidad permanente parcial, puedes ponerte en contacto con nosotros. Podemos asesorarte.