El despido laboral disciplinario está definido en la Ley del Estatuto de los Trabajadores, consiste en una terminación de la relación laboral motivada por el incumplimiento grave por parte del trabajador, por esto, se considera que es una de las formas más severas de finalización laboral.
No obstante, deben cumplirse ciertos requisitos legales y formales que garanticen tanto los derechos del empleador como los del trabajador, sobre esto profundizaremos más adelante.
Entre las características que tiene el despido disciplinario procedente se encuentran: que no hay derecho a recibir una indemnización, que el trabajador tiene derecho a recibir finiquito, y no es obligatorio que el empleador avise sobre la finalización de la relación laboral con una anticipación de quince días, algo que sí es un requisito en el despido objetivo.
En lo que resta del artículo abordamos los derechos del trabajador despedido, las consecuencias legales que posee un empleador ante un despido disciplinario, y la importancia que tiene en estas situaciones la carta de despido.
Fundamentos del despido laboral disciplinario
El despido laboral disciplinario se basa, como se dijo antes, en la infracción grave por parte del trabajador de las responsabilidades contractuales y en general de las normas de la empresa, e incluso, de la legislación laboral.
No obstante, para que el procedimiento de despido disciplinario continúe siendo procedente, se deben seguir ciertos pasos. De igual manera, el empleador debe contar con pruebas suficientes que justifiquen la razón por la que la relación laboral se vio afectada.
Por ejemplo, aunque no es necesario dar un aviso de la finalización de la relación laboral con una antelación de quince días, el empleador sí debe brindar una comunicación por escrito donde se expresen de forma clara las razones por las que se toma la decisión de formalizar el despido.
Para que el despido sea procedente y siga dentro del marco legal, lo que más se recomienda es que, una vez se haya dado la falta o las faltas disciplinarias, el empleador avise de forma pronta a su empleado sobre la respectiva consecuencia.
En este proceso se aconseja al empleador llevar los principios de proporcionalidad y objetividad, es decir, que la gravedad de las faltas cometidas por el empleador en efecto respondan a la decisión de terminar el contrato.
Causas legales que justifican un despido laboral disciplinario
Las causales legales que justifican un despido laboral disciplinario se definen en la Ley del Estatuto de los Trabajadores, justo en el artículo 54, donde se menciona que el contrato de trabajo podrá extinguirse por decisión del empresario, mediante despido basado en un incumplimiento grave y culpable del trabajador, por las siguientes causas:
a) Las faltas repetidas e injustificadas de asistencia o puntualidad al trabajo.
b) La indisciplina o desobediencia en el trabajo.
c) Las ofensas verbales o físicas al empresario o a las personas que trabajan en la empresa o a los familiares que convivan con ellos.
d) La transgresión de la buena fe contractual, así como el abuso de confianza en el desempeño del trabajo.
e) La disminución continuada y voluntaria en el rendimiento de trabajo normal o pactado.
f) La embriaguez habitual o toxicomanía si repercuten negativamente en el trabajo.
g) El acoso por razón de origen racial o étnico, religión o convicciones, discapacidad, edad u orientación sexual y el acoso sexual o por razón de sexo al empresario o a las personas que trabajan en la empresa.
Para que cualquiera de estas causas sea válida, el empleador debe demostrar que la conducta del trabajador constituye una infracción grave, dolosa o negligente, y que esta ha roto el vínculo de confianza entre las partes.
Derechos del trabajador ante un despido laboral disciplinario
Pese a que el despido laboral disciplinario es una de las formas más graves de terminar el contrato, el trabajador también tiene derechos que deben respetarse.
Para empezar, el trabajador debe conocer de forma detallada las razones por las que se finaliza el contrato laboral. Es decir, el empleador debe exponer con suficiente claridad los motivos por los que decide finalizar la relación laboral.
Aunque, como se mencionó antes, no es necesario que se le avise al empleado con una anticipación de 15 días, el empleador sí debe por medio de una comunicación escrita notificar la decisión al empleado.
El proceso debe hacerse con respeto, y en caso de creer que el despido es injustificado, la persona tiene derecho a acudir a la justicia, sobre todo en los casos donde no se tuvo en cuenta el principio de proporcionalidad.

Consecuencias legales para el empleador en despidos disciplinarios
En caso de que un despido disciplinario se considere improcedente por parte de una autoridad judicial, el empleador puede enfrentar importantes consecuencias legales.
La más habitual es que, el trabajador tenga derecho a recibir una indemnización que será de 33 días de salario por cada año de servicio, con un límite máximo de 24 mensualidades.
De igual manera, también se puede definir la readmisión del trabajador a su anterior puesto. En los casos más graves, y donde se haya presentado una vulneración de los derechos fundamentales del individuo, o se haya incurrido en discriminación, el despido también puede ser declarado nulo.
En dichas situaciones, el trabajador tiene derecho a ser reingresado, y la empresa tendrá que pagar los salarios de tramitación.
Importancia de la carta de despido en el proceso disciplinario
Como se ha explicado antes, la carta de despido disciplinario es un documento esencial dentro del procedimiento, ya que su función es garantizar la transparencia y el cumplimiento del debido proceso.
En esta carta, el empleador debe manifestar de forma precisa las faltas disciplinarias por las que se toma la decisión en cuestión, las normas vulneradas, la fecha en que se dieron los hechos, y la fecha de terminación del contrato.
Una carta mal redactada, ambigua o que no especifique adecuadamente las causas del despido, puede ser motivo suficiente para que el despido sea considerado improcedente en el proceso judicial. Por ello, es fundamental que el empleador se asegure de cumplir con todos los requisitos formales.
En definitiva, el despido laboral disciplinario procede cuando el trabajador comete faltas repetidas e injustificadas de asistencia, actos de indisciplina o desobediencia, ofensas verbales o físicas contra compañeros o contra el empleador.
O cuando se registran problemas de embriaguez o toxicomanía, se da una transgresión de la buena fe contractual o abuso de confianza, o existe una disminución del rendimiento.
Si el trabajador considera que el despido es improcedente o injustificado, tiene derecho a reclamar judicialmente, dicha reclamación debe realizarse dentro de un plazo específico, generalmente de 20 días desde la notificación del despido.
A través del proceso, el trabajador puede defender sus derechos y obtener una resolución favorable, que podría llevar a la reincorporación o al pago de una indemnización por parte del empleador.
Si fuiste despedido alegando causas disciplinarias, pero consideras que el despido fue improcedente, puedes comunicarte con nosotros; con gusto te brindaremos la asesoría que necesites para defender tus derechos laborales.