¿Qué harías si tu empresa dejara de pagarte el salario a tiempo o te sometiera a un ambiente laboral insoportable? ¿Y si tu jefe modificara unilateralmente tus condiciones de trabajo, reduciendo tu sueldo o cambiando tu horario sin previo aviso? Muchos trabajadores creen que en estos casos solo tienen dos opciones: aguantar o renunciar sin derecho a indemnización ni paro. Pero hay una tercera alternativa que pocos conocen: el autodespido.
El autodespido permite a los trabajadores poner fin a su contrato de manera justificada cuando el empleador incumple gravemente sus obligaciones. Y lo mejor es que, si se demuestra ante un juez, el empleado no solo puede abandonar la empresa sin perder derechos, sino que también puede recibir la misma indemnización que en un despido improcedente y acceder a la prestación por desempleo.
Sin embargo, no es un proceso automático ni sencillo. Requiere pruebas, asesoramiento y seguir un procedimiento legal preciso. En esta guía, vamos a desglosar en detalle qué es el autodespido, en qué casos se puede solicitar, cómo hacerlo correctamente y qué riesgos implica. Si estás en una situación laboral insostenible y buscas una salida justa, sigue leyendo. Esta información podría cambiar tu futuro.
Artículo 50 Extinción por voluntad del trabajador
El artículo 50 del Estatuto de los Trabajadores plantea lo siguiente:
1. Serán causas justas para que el trabajador pueda solicitar la extinción del contrato:
a) Las modificaciones sustanciales en las condiciones de trabajo llevadas a cabo sin respetar lo previsto en el artículo 41 y que redunden en menoscabo de la dignidad del trabajador.
b) La falta de pago o retrasos continuados en el abono del salario pactado.
Sin perjuicio de otros supuestos que por el juez, la jueza o el tribunal puedan considerarse causa justa a estos efectos, se entenderá que hay retraso cuando se supere en quince días la fecha fijada para el abono del salario, concurriendo la causa cuando se adeuden al trabajador o la trabajadora, en el período de un año, tres mensualidades completas de salario, aún no consecutivas, o cuando concurra retraso en el pago del salario durante seis meses, aún no consecutivos.
c) Cualquier otro incumplimiento grave de sus obligaciones por parte del empresario, salvo los supuestos de fuerza mayor, así como la negativa del mismo a reintegrar al trabajador o la trabajadora en sus anteriores condiciones de trabajo en los supuestos previstos en los artículos 40 y 41, cuando una sentencia judicial haya declarado los mismos injustificados.
2. En tales casos, el trabajador tendrá derecho a las indemnizaciones señaladas para el despido improcedente.
Queremos enfatizar que esta es la reforma del Artículo 50 del Estatuto de los Trabajadores, que entrará en vigencia el 3 de abril de 2025.
En concreto, la modificación introduce un cambio en el apartado 1, opción b que aporta al trabajador mayor seguridad cuando se enfrente a esta circunstancia. Este cambio refuerza los derechos de los trabajadores al garantizar mayor protección en casos de impagos o retrasos salariales, permitiéndoles solicitar la extinción de su contrato con la correspondiente indemnización.
¿Qué es el Autodespido?
El autodespido, conocido legalmente como «extinción del contrato de trabajo por voluntad del trabajador con derecho a indemnización», es una figura del derecho laboral español que permite al empleado poner fin a su relación laboral cuando el empresario incumple de manera grave y continuada sus obligaciones.
A diferencia de la dimisión, en la que el trabajador renuncia a su empleo sin derecho a compensación, el autodespido permite reclamar una indemnización similar a la del despido improcedente. Además, el trabajador puede acceder a la prestación por desempleo si cumple con los requisitos establecidos por la Seguridad Social.
Esta figura se basa en el principio de protección al trabajador y busca evitar que un empleado deba soportar situaciones abusivas, como impagos salariales, acoso o condiciones laborales que pongan en peligro su seguridad o salud.
Fundamento Legal del Autodespido
El autodespido está regulado en el artículo 50 del Estatuto de los Trabajadores. Este artículo establece que el trabajador podrá solicitar la extinción de su contrato si el empresario incurre en alguno de los incumplimientos graves especificados en la norma.
En particular, el artículo 50 contempla las siguientes causas:
- Modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo que perjudiquen la dignidad del trabajador. Esto incluye cambios drásticos en el salario, horario o funciones que no sean justificados.
- Falta de pago o retrasos reiterados en el abono del salario. La empresa tiene la obligación de pagar el salario en tiempo y forma; de lo contrario, el trabajador puede iniciar un procedimiento de autodespido.
- Cualquier otro incumplimiento grave de las obligaciones contractuales por parte del empresario. Aquí se incluyen casos como acoso laboral, discriminación o condiciones laborales que vulneren la seguridad del trabajador.
El reconocimiento del autodespido requiere una demanda ante los juzgados de lo social, ya que no es suficiente con que el trabajador alegue la existencia del incumplimiento, sino que debe probarlo ante un juez.
¿Cuáles son las causas para plantear un autodespido?
Solicitar un autodespido no es una decisión que pueda tomarse a la ligera. No basta con que el trabajador esté descontento con su empleo o que desee cambiar de empresa. Para que esta medida sea viable, es imprescindible demostrar que el empresario ha cometido un incumplimiento grave que justifique la extinción del contrato con derecho a indemnización.
Las razones para plantear un autodespido pueden ir desde impagos salariales hasta situaciones de acoso laboral o condiciones de trabajo peligrosas. Pero no todas las irregularidades empresariales son suficientes para que un juez lo conceda. En las siguientes secciones, analizaremos en profundidad cuáles son las causas más comunes, qué requisitos deben cumplirse en cada caso y cómo demostrarlo de manera efectiva. Si te encuentras en una situación complicada en tu empleo, sigue leyendo: podrías estar ante una opción legal que muchos desconocen.
Incumplimiento grave de las condiciones de trabajo
Las condiciones laborales de un trabajador no pueden modificarse de manera unilateral por parte del empresario si ello supone un perjuicio grave para el empleado. Cuando se introducen cambios sustanciales sin respetar el procedimiento legal ni contar con la aceptación del trabajador, este puede solicitar la extinción de su contrato con derecho a indemnización.
Algunos ejemplos de incumplimientos que podrían justificar el autodespido son:
- Reducción injustificada del salario. El trabajador no puede ver disminuido su sueldo sin causa objetiva ni acuerdo previo.
- Cambio de jornada o turnos sin justificación. Si se impone un nuevo horario que afecta negativamente al trabajador sin respetar la normativa, podría ser motivo de extinción contractual.
- Modificación de funciones o responsabilidades. Un cambio de puesto de trabajo que implique una reducción de categoría profesional o que menoscabe la dignidad del empleado es un incumplimiento grave.
- Traslados injustificados. La movilidad geográfica impuesta sin atender los derechos del trabajador puede generar la extinción del contrato.
Para fundamentar un autodespido por este motivo, es importante contar con pruebas documentales, como correos electrónicos, comunicaciones oficiales de la empresa o testigos que acrediten la modificación unilateral de las condiciones de trabajo.
Impago de salarios o retrasos reiterados en el pago
Uno de los incumplimientos más graves que pueden justificar un autodespido es la falta de pago del salario o los retrasos reiterados en su abono. El trabajador tiene derecho a recibir su remuneración en la fecha estipulada en el contrato o convenio colectivo.
Para que esta causa sea válida, el impago o retraso debe ser:
- Continuado en el tiempo. Un retraso puntual no es suficiente; debe tratarse de un incumplimiento reiterado.
- Significativo en cantidad. No es necesario que la empresa deje de pagar la totalidad del salario; bastaría con que haya un impago parcial reiterado que afecte de forma relevante al trabajador.
- Imputable al empresario. Si el retraso en el pago se debe a circunstancias ajenas a la empresa y esta ha intentado cumplir con su obligación, podría no ser motivo suficiente para un autodespido.
Para probarlo, se pueden aportar nóminas impagadas, extractos bancarios que reflejen la falta de ingresos, comunicaciones con la empresa solicitando el pago o incluso informes de la Inspección de Trabajo. En general, se considera incumplimiento grave cuando el retraso en el pago se repite durante más de tres meses.
Falta de seguridad e higiene en el trabajo
El empresario tiene la obligación de garantizar la seguridad y salud de sus empleados. Si un trabajador se encuentra en un entorno de trabajo peligroso sin que la empresa adopte las medidas adecuadas de prevención de riesgos laborales, puede solicitar la extinción de su contrato.
Algunos ejemplos incluyen:
- Uso inadecuado o inexistente de equipos de protección. Si un trabajador en un entorno peligroso no recibe los equipos de seguridad adecuados, está en riesgo.
- Exposición a sustancias nocivas sin medidas de protección. Químicos, materiales tóxicos o entornos con alta contaminación sin la protección adecuada pueden justificar un autodespido.
- Falta de mantenimiento en instalaciones o maquinaria. Si un trabajador debe operar con maquinaria defectuosa o en instalaciones en mal estado, su seguridad puede estar comprometida.
Para probarlo, se pueden utilizar informes de riesgos laborales, denuncias a la Inspección de Trabajo o partes médicos que acrediten enfermedades o lesiones derivadas de la falta de seguridad. Esta causa es especialmente relevante en sectores con alto riesgo de accidentes laborales, como la construcción, la industria o el transporte. La falta de medidas de seguridad, el uso inadecuado de equipos de protección o la exposición a sustancias tóxicas pueden justificar un autodespido.
Acoso Laboral (Mobbing)
El acoso laboral, también conocido como mobbing, es una de las razones más graves que pueden justificar un autodespido. Se produce cuando el trabajador es víctima de hostigamiento, humillaciones, amenazas o comportamientos que buscan degradar su dignidad en el entorno de trabajo.
Este acoso puede venir de superiores, compañeros o incluso clientes, y puede manifestarse en diferentes formas, como:
- Aislamiento dentro del equipo de trabajo. Exclusión de reuniones o decisiones importantes.
- Comentarios despectivos o humillaciones públicas. Ataques constantes a la autoestima del trabajador.
- Carga de trabajo excesiva o imposición de tareas imposibles de cumplir. Utilizado como método de desgaste para que el trabajador renuncie.
- Amenazas, represalias o violencia verbal y psicológica.
Para probarlo, se pueden presentar testigos, correos electrónicos, grabaciones (dentro de los límites legales), informes psicológicos o denuncias previas a la Inspección de Trabajo.
Discriminación Laboral
Si el trabajador sufre discriminación por razón de sexo, orientación sexual, religión, origen étnico, discapacidad u otra circunstancia protegida por la ley, puede solicitar la extinción de su contrato con indemnización. La legislación española prohíbe cualquier tipo de discriminación en el empleo basada en:
- Sexo o género.
- Edad.
- Origen racial o étnico.
- Discapacidad.
- Creencias religiosas o ideológicas.
- Orientación sexual.
Esta discriminación puede manifestarse en forma de diferencias salariales, negativas a promociones o despidos encubiertos. Para probarlo, es fundamental contar con pruebas objetivas, como registros salariales, testimonios de compañeros o comunicaciones empresariales que evidencien un trato desigual.
Vulneración de Derechos Relacionados con la Conciliación de la Vida Familiar y Laboral
El derecho a conciliar la vida laboral y familiar está protegido por la legislación española. Si el empresario impide o penaliza el ejercicio de estos derechos, el trabajador puede solicitar el autodespido.
Las situaciones más comunes incluyen:
- Negativa a conceder permisos de maternidad o paternidad.
- Imposición de horarios que impidan el cuidado de familiares sin justificación.
- Sanciones o represalias por solicitar reducciones de jornada.
Para justificar la demanda, se deben presentar solicitudes formales de conciliación, correos electrónicos o cualquier comunicación en la que la empresa se niegue a conceder estos derechos.
Pago en Negro
El pago en negro, es decir, recibir parte del salario sin que esté declarado a la Seguridad Social, es un fraude laboral que puede justificar un autodespido. Aunque algunos trabajadores lo aceptan por conveniencia a corto plazo, en realidad supone un perjuicio grave para sus derechos futuros, ya que afecta su jubilación, su acceso a prestaciones por desempleo y su cobertura de seguridad social.
Si el trabajador recibe parte de su salario en negro y la empresa se niega a regularizar la situación, puede solicitar la extinción del contrato con indemnización. Las pruebas pueden incluir mensajes o correos electrónicos en los que se mencione este pago irregular, testigos que puedan confirmarlo o denuncias previas a la Inspección de Trabajo.
Procedimiento para Solicitar el Autodespido
El autodespido no es un proceso inmediato ni unilateral. A diferencia de una dimisión, en la que el trabajador simplemente comunica su decisión de abandonar la empresa, el autodespido debe ser validado por un juez para que se reconozcan los derechos asociados, como la indemnización y el acceso a la prestación por desempleo.
Este procedimiento legal exige al trabajador presentar pruebas sólidas del incumplimiento empresarial y seguir una serie de pasos obligatorios. No basta con alegar que se han vulnerado derechos laborales; es necesario demostrar de manera fehaciente que el empresario ha incurrido en una falta lo suficientemente grave como para justificar la extinción del contrato.
Además, durante el proceso judicial, el trabajador puede encontrarse con diferentes escenarios: puede seguir en la empresa hasta la resolución del caso, solicitar medidas cautelares o, en algunos casos, optar por dejar de acudir al puesto de trabajo si la situación es insostenible. Sin embargo, cada decisión tiene implicaciones legales que deben evaluarse con cuidado.
Dado que el autodespido implica una reclamación judicial, es recomendable contar con asesoramiento legal especializado desde el inicio, ya que cualquier error en la presentación de la demanda o en la recolección de pruebas puede hacer que la solicitud sea rechazada, dejando al trabajador en una situación de vulnerabilidad sin indemnización ni acceso al paro.
A continuación, analizaremos paso a paso cómo se lleva a cabo este proceso, desde la preparación de la demanda hasta la reclamación de la indemnización correspondiente.
Demanda Judicial por Extinción del Contrato de Trabajo
Para que el autodespido tenga validez legal y el trabajador pueda acceder a la indemnización correspondiente, es imprescindible presentar una demanda ante el Juzgado de lo Social. Este procedimiento no solo implica redactar una solicitud formal, sino que también requiere reunir y presentar pruebas que demuestren de manera objetiva el incumplimiento del empresario.
El primer paso es interponer una papeleta de conciliación ante el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación (SMAC) de la comunidad autónoma correspondiente. Este trámite es obligatorio antes de acudir a los tribunales y busca ofrecer una oportunidad para alcanzar un acuerdo entre el trabajador y la empresa sin necesidad de juicio. Si la empresa no comparece o no se logra un acuerdo, el trabajador puede proceder a presentar la demanda en el Juzgado de lo Social.
En la demanda, el trabajador debe exponer los hechos de manera clara y detallada, indicando la causa específica del autodespido conforme al artículo 50 del Estatuto de los Trabajadores. Además, debe aportar pruebas que respalden su reclamación, tales como:
- Contratos y nóminas que evidencien impagos, retrasos o modificaciones unilaterales.
- Correos electrónicos, mensajes o documentos internos donde se reflejen los incumplimientos del empresario.
- Testimonios de compañeros de trabajo o clientes que puedan corroborar la situación.
- Informes médicos o psicológicos en caso de acoso laboral o problemas de salud derivados de condiciones inadecuadas en el trabajo.
- Denuncias previas ante la Inspección de Trabajo, en caso de que se haya intentado solucionar la situación previamente por vía administrativa.
Una vez presentada la demanda, el trabajador puede optar por seguir en la empresa hasta la resolución del caso o, si las circunstancias lo justifican, dejar de acudir al trabajo. Sin embargo, esta última opción debe tomarse con precaución, ya que si el juez no reconoce el autodespido, la empresa podría considerarlo como una baja voluntaria y negar tanto la indemnización como el acceso a la prestación por desempleo.
Reclamación de Indemnización
Si el juez falla a favor del trabajador y reconoce la existencia de un incumplimiento grave por parte del empresario, se declara la extinción del contrato con derecho a indemnización. En este caso, el trabajador tiene derecho a recibir la misma compensación que en un despido improcedente, lo que supone:
- 33 días de salario por año trabajado, con un límite de 24 mensualidades, para contratos posteriores al 12 de febrero de 2012.
- 45 días de salario por año trabajado, con un límite de 42 mensualidades, para los periodos anteriores a esa fecha.
Además de la indemnización, la empresa deberá abonar los salarios pendientes de pago si los hubiera, así como cualquier otra cantidad que se le adeude, como pagas extraordinarias o indemnizaciones por daños y perjuicios en caso de haber existido acoso laboral o vulneración de derechos fundamentales.
El fallo del juez también puede reconocer el derecho del trabajador a cobrar el paro, ya que el autodespido, cuando es justificado judicialmente, se equipara a un despido improcedente y permite acceder a la prestación por desempleo.
En caso de que la empresa no pague voluntariamente la indemnización, el trabajador podrá solicitar su ejecución judicial, lo que puede implicar el embargo de bienes de la empresa o la intervención del Fondo de Garantía Salarial (FOGASA) si la empresa es insolvente.
Por tanto, el autodespido no solo ofrece una salida legal para quienes sufren incumplimientos laborales graves, sino que también garantiza que el trabajador no quede desprotegido, siempre que el procedimiento se lleve a cabo correctamente y con el respaldo de pruebas contundentes.
¿Qué ocurre si planteo un autodespido y pierdo el juicio?
Solicitar un autodespido es una estrategia legal efectiva cuando el empresario incurre en incumplimientos graves, pero el éxito del procedimiento depende en gran medida de las pruebas aportadas y de la argumentación jurídica presentada ante el juez. Si el trabajador no logra demostrar que el incumplimiento del empresario justifica la extinción del contrato con derecho a indemnización, el tribunal dictaminará que no ha lugar al autodespido y, en consecuencia, las repercusiones pueden ser significativas.
Consecuencias de perder un juicio por autodespido
- Extinción del contrato sin derecho a indemnización
Si el juez no reconoce el autodespido, la extinción del contrato se considerará una baja voluntaria o dimisión. Esto significa que el trabajador no tendrá derecho a percibir la indemnización por despido improcedente ni ninguna otra compensación económica derivada de la extinción del contrato. - Pérdida del derecho a la prestación por desempleo
Al considerarse una dimisión, el trabajador no podrá acceder a la prestación por desempleo, ya que esta solo se concede en casos de despido objetivo, improcedente, colectivo o en determinadas situaciones de cese involuntario. Esto puede generar un perjuicio económico importante si el trabajador no cuenta con otro empleo o fuente de ingresos. - Obligación de reincorporación o posible despido disciplinario
Si el trabajador ha dejado de acudir a su puesto de trabajo antes del fallo judicial y el juez no reconoce la causa de autodespido, la empresa podría considerar que ha incurrido en un abandono de su puesto. En este caso, el empresario podría tomar medidas disciplinarias, llegando incluso a formalizar un despido disciplinario sin derecho a indemnización ni prestación por desempleo. - Posibles costes procesales y tiempo invertido
Aunque en los procedimientos laborales no suele haber imposición de costas, el trabajador podría haber incurrido en gastos de asesoría legal, procurador o peritos. Además, el proceso judicial puede prolongarse varios meses, dejando al trabajador en una situación de incertidumbre mientras se resuelve el litigio. - Impacto en la trayectoria profesional
En algunos casos, si el trabajador pierde el juicio y la empresa no ha rescindido su contrato, podría verse obligado a continuar en su puesto, lo que puede generar un ambiente laboral tenso o incluso represalias encubiertas. En estas situaciones, la negociación con la empresa para una salida pactada podría ser una opción más viable que un procedimiento judicial.
Cómo minimizar el riesgo de perder el juicio por autodespido
Para evitar estos riesgos, es fundamental contar con un asesoramiento legal especializado desde el inicio y asegurarse de que existen pruebas suficientes que acrediten el incumplimiento del empresario. Algunos pasos clave incluyen:
- Recopilar todas las pruebas posibles antes de interponer la demanda: correos electrónicos, nóminas impagadas, testigos, informes médicos, inspecciones de trabajo, grabaciones (dentro de los límites legales), entre otros.
- Valorar alternativas antes de acudir a juicio, como intentar resolver el conflicto mediante la Inspección de Trabajo o buscar una salida negociada con indemnización.
- Seguir los procedimientos legales al pie de la letra, asegurándose de que la solicitud de autodespido está correctamente formulada y presentada en los plazos adecuados.
En definitiva, aunque el autodespido puede ser una herramienta poderosa para proteger los derechos del trabajador, no debe tomarse a la ligera. Una mala planificación o la falta de pruebas pueden hacer que el resultado sea adverso, dejando al trabajador en una posición aún más vulnerable de la que intentaba salir.
¿Existe otra forma de abandonar la empresa con derecho a indemnización?
El autodespido no es la única vía para que un trabajador pueda dejar su empleo con derecho a indemnización. Existen otras opciones legales que permiten extinguir el contrato de trabajo sin perder la compensación económica correspondiente, aunque cada una de ellas tiene requisitos y consecuencias distintas.
1. Despido Objetivo
El despido objetivo es una de las formas en las que un trabajador puede ser despedido con derecho a indemnización. En este caso, la empresa extingue el contrato alegando causas económicas, técnicas, organizativas o de producción, o bien por ineptitud sobrevenida del trabajador o falta de adaptación a cambios en el puesto.
- La indemnización en un despido objetivo es de 20 días de salario por año trabajado, con un límite de 12 mensualidades.
- La empresa debe avisar con 15 días de antelación o, en su defecto, abonar el salario correspondiente a esos días si no se concede el preaviso.
- Es importante valorar si la causa alegada por la empresa es real y justificada, ya que en algunos casos se impugna el despido objetivo y se convierte en despido improcedente, con una indemnización mayor.
Este tipo de despido no depende de la voluntad del trabajador, pero si la empresa se encuentra en dificultades económicas o prevé una reestructuración, puede ser una alternativa a considerar.
2. Despido Improcedente
El despido improcedente se produce cuando el empresario finaliza el contrato sin justificación legal válida o incumpliendo los requisitos formales del despido. En estos casos, el trabajador tiene derecho a una indemnización mayor que la del despido objetivo.
- La indemnización es de 33 días de salario por año trabajado, con un máximo de 24 mensualidades, para contratos firmados después del 12 de febrero de 2012.
- Para contratos anteriores a esa fecha, la indemnización es de 45 días por año trabajado hasta esa fecha y 33 días para el período posterior.
Este despido se obtiene si el trabajador impugna la decisión de la empresa y un juez declara la improcedencia del despido o si la empresa, al despedir al trabajador, reconoce directamente la improcedencia y le abona la indemnización correspondiente.
3. Acuerdo con la Empresa (Despido Pactado o Bajas Voluntarias Incentivadas)
Otra alternativa es negociar una salida pactada con la empresa, lo que se conoce como despido pactado o baja voluntaria incentivada. En estos casos, el trabajador y el empleador llegan a un acuerdo para finalizar el contrato bajo condiciones específicas.
- Puede incluir una indemnización que iguale o supere la del despido improcedente si ambas partes lo acuerdan.
- En este caso, si se formaliza como despido, el trabajador puede acceder a la prestación por desempleo.
- Si se presenta como una baja voluntaria incentivada, es posible que no se tenga derecho al paro, por lo que es fundamental asegurarse de que la extinción del contrato se documente correctamente.
Este tipo de acuerdo es común en reestructuraciones empresariales, fusiones o cierres de departamentos. Puede ser una buena opción cuando el trabajador desea abandonar la empresa sin iniciar un litigio, pero requiere de habilidades de negociación y asesoramiento adecuado para garantizar que el acuerdo sea beneficioso.
4. Modificación Sustancial de las Condiciones de Trabajo con Extinción del Contrato
Si la empresa cambia de manera significativa las condiciones laborales del trabajador y este se ve perjudicado, puede solicitar la extinción de su contrato con derecho a indemnización. Esta situación está regulada en el artículo 41 del Estatuto de los Trabajadores y aplica cuando la empresa modifica aspectos esenciales como:
- Reducción salarial significativa.
- Cambios en la jornada laboral que perjudiquen gravemente al trabajador.
- Modificación del lugar de trabajo que implique un traslado sin justificación adecuada.
Si el trabajador no está de acuerdo con la modificación, puede impugnarla y, si un juez lo avala, tendrá derecho a 20 días de salario por año trabajado, con un máximo de 9 mensualidades.
5. Extinción del Contrato por Incumplimientos Empresariales
Si la empresa comete irregularidades graves que afectan al trabajador, pero el incumplimiento no alcanza la magnitud de un autodespido, este puede denunciarlo ante la Inspección de Trabajo. Si la inspección determina que la empresa ha actuado de manera ilegal, puede sancionar a la empresa y en algunos casos derivar en la extinción del contrato con indemnización.
Entre las infracciones que pueden derivar en la extinción del contrato se encuentran:
- Falta de cotización a la Seguridad Social.
- Fraudes laborales, como falsos contratos temporales o simulación de despidos.
- Irregularidades en la contratación, como encadenamiento de contratos temporales sin causa justificada.
Este proceso no es inmediato ni garantiza una indemnización en todos los casos, pero puede ser una vía para quienes desean abandonar su empresa y tienen pruebas de irregularidades laborales.
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Si estás atravesando una situación laboral injusta y crees que podrías acogerte al autodespido, es fundamental contar con un asesoramiento legal sólido desde el principio. Un error en la recopilación de pruebas o en la presentación de la demanda puede hacer que pierdas tu derecho a indemnización y acceso al desempleo.
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